lunes, 21 de diciembre de 2015

Fiesta, lo que se dice fiesta, son las Cenas de Fin de Año del TP1400

Hubo que esperar un año, un largo e interminable año. La expectativa
era enorme ¿Para qué vamos a negarlo? Había cierto morbo, en la pre-
via ¿Con qué nos irían a sorprender Francois y Saloj esta vez? Y si
bien no tuvo ese escozor final que dejara la del 2014 (con las pasistas
a centímetros de nuestros ubicadísimos codos) también en este caso
volvimos plenamente satisfechos, contentos y con ganas de detener a
esos primeros rayos del sol que asomaban en el horizonte...


Claro, elegimos este inicio al otro, más acartonado, tipo "el Turismo
Pista cerró su brillante 2015 con una excelente Cena-Bingo-Show" etc.
Pero no sería del todo adecuado. Muchas, demasiadas emociones en una
sola noche, que sería injusto omitir, casual o deliberadamente. Tendremos
que recurrir al viejo truco de la cronología, para poder narrar con más exacti-
tud lo ocurrido. Mejor dicho, lo apreciado desde la mesa de Periodistas invi-
tados, trozo de pared de por medio.

Los primeros minutos, fueron soporíferos, no terminábamos de acomodar-
nos, y encontrar otro tema que no sea el River- Barcelona que se jugaría
unos pocos minutos después de terminada la velada, o Cena long size.
"Seis a uno"- lanzó su apuesta uno de los nuestros. Contemporizamos,
opinando que River tendría alguna que otra chance, por penales, si Barove-
ro estuviese en una de sus noches. No hubo consenso, desviándose el
debate por otras ramas del fanatismo personal. Bueh, somos argentinos.

Ya habíamos recorrido todo el anexo que se hizo al Salón de la Cantina,
memorizando la ubicación de las mesas, llamándonos la atención de la
más extensa, reservada al campeón, por supuesto. Hubo además, presen-
cias inesperadas como la madre del Presidente de la categoría, que viajó
expresamente para la ocasión.


Gente vinculada a la categoría, de modo directo o indirecto, como la
sanidad, emergencias, y el mismísimo Presidente del A.M.C.C. Oscar
Cutro, o el Comisario Técnico Sr. Abel Giorgio, arribado con su esposa
desde Paraná, todos pequeños gestos que hay que rescatar, pues no se
trató de una cena de pilotos y mecánicos, sino de una fiesta inclusiva a
la cual hasta el loro podría haber ido (ver foto de abajo con Walter Barbie-
ri, la señora y su inseparable perrito).


1- ESPERANDO EL DEMORADO ARRANQUE

La charla típica entre periodistas sobre los más grandes errores o "gaffes"
cometidos durante el año (al aire o escribiendo) tocó a su fin cuando el
mini- ejército de mozas y mozos comenzaron con los emparedados y las
empanadas.

Sin ánimo de hacernos el exigente "gourmet" que no somos, diremos que
las dignas representantes de la cocina criolla -nos estamos refiriendo a las
empanadas, obviamente- tenían un suculento relleno, de ensueño, y de la
ternura del repulgue deducimos que habían sido elaboradas pocas horas
antes. Primer poroto que se anotó el inefable "Toto", el concesionario de
la Cantina del Autódromo.

Pasaban los minutos, se vació la primera botella de la espumante bebida rubia,
levantaba el dedo índice de la mano derecha el colega sentado a nuestra dies-
tra, encargando la segunda, pero el primer discurso se hacía esperar.

Hasta que se levantó de su silla Gustavo Francois, se situó en el espacio que
hizo las veces de palco, en el que estaba la pantalla en las que nos pasaron
fotos y un video on-board para entretenernos mientras aguardábamos este
preciso o precioso momento.

Primer gran golpe al corazón. Francois anunció que tuvo una comunicación
con el Pdte. de la F.A.E. el Dr. Edgardo Stettler, en la que le confirmó que
oficialmente la categoría deja de ser "Copa" para pasar a ser Campeonato
de Turismo Pista 1400 a partir del 2016.

El sueño de tres generaciones de dirigentes (recordar a las gestiones de Aníbal
Roude y la más reciente de Mario Paulino) se había convertido en realidad.
Mucho agua corrió debajo del puente, y algún que otro hilo de sangre -¿Que
no? ¿Y las manos vendadas de los mecánicos que eran? - para arribar a esta
resolución. Inclusive (pensaba este cronista) hubo quienes fallecieron sin ver
a la "Copa" convertida en categoría. Todos nuestros respetos para ellos.

Segunda sorpresa. Arrancaron los reconocimientos, y para no ponernos de mal
humor a los escribas, la primeras de ellas fueron para los hombres de prensa.
La mesa quedó vacía. Hizo uso de la palabra el colega de "El Sol", Edgardo
Perafán, por un asunto de veteranía en estas lides. También agradecieron a la
"gran familia" del TP1400, Joselo Ballesteros (LT15 y diario UNO) Mario
Aramburo (Pasión Tuerca Digital y notero de dos radios) Fernando Di Gaeta-
no (relator de una radio chajariense y editor de Concordia Deportes) en tanto
que el que esto escribe se rehusó a la arenga, con tosco gesto.
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Regresaron los medallones, de forma hexagonal y dorados, que mucho agradece-
mos a A.P.T.S. porque son el resumen exacto de todos nuestros esfuerzos por
estar acompañándolos en este difícil 2015. Es la quinta distinción consecutiva
que nos entrega la categoría.

Cuando los cinco "invitados especiales" se retiraron al fin, bendecidos con el
acompasado aplauso (cuyo significado era que pedían que se vayan de una buena
vez) se entregaron las respectivas distinciones al mérito, que recayeron en el
promisorio Alejandro Cáceres y Leandro Cuenca (ausente con aviso).

El premio "Revelación 2015" fue para el joven Agustín Roncaglione, el mejor
128 del torneo si exceptuamos la "primera parte" de Gustavo Francois, cuando
todavía lograba llevar al podio al suyo, labor que en las últimas fechas nos
pareció toda una utopía, al ver los esfuerzos de Agustín y su familia. Un clásico
caso en el que el piloto es mucho más que su medio.

Roncaglione representa además, la "punta del iceberg" de toda una nueva genera-
ción de pilotos que irrumpió este año en la categoría, ratificando su condición de
"cantera de talentos" para las divisionales superiores de nuestro automovilismo.
No estuvieron presentes, pero vaya nuestro reconocimiento para Facundo Arovi,
Darío Sigot y Emiliano Vallarino. También para Leonardo Roncaglione, que esta-
ba en la mesa junto a Agustín, el preparador Arriola y todos sus incondicionales.

Servido que fuera el plato principal de la velada, el asado, y ordenada la tercera
vuelta de bebidas -refrescos sin alcohol y la conocida marca de cerveza "Elección
genuina"- por cierto bien frías, nos entregamos al sutil arte del manducado.

Tradicional calidad del "Toto" en los cortes y en el punto de cocción, que es en el
borde casi del catálogo de "carne seca" que horrorizaría a un bonaerense, pero es
del agrado de este humilde y abstemio escriba. Acostumbrados que estamos a
los asados del colega Coto Rodríguez, el punto era similar. Ni muy seco y ni semi-
crudo como les gusta a algunos. En definitiva, como decíamos al principio, calidad
"Toto". Puede gustar mucho, poquito, o nada. La extensa clientela de la Cantina no
se equivoca al elegirlo una y otra vez.

Probablemente en el índice más bajo de la noche, hubo una sesión de baile de
bachata a cargo de tres parejas de bailarines. Difícil es opinar sobre este ritmo
extranjero, máxime cuando las tres parejas bailan a la vez, en vez de hacerlo por
separado, al menos intentando parodiar al famoso programa de TV que puso de
moda estas exhibiciones de dudoso buen gusto. Ni bien, ni mal, nos pareció que
tenían su mérito, pero también nada de otro mundo que sea digno de más espa-
cio en esta crónica. ¿Y si se probaba con algo más nuestro? El tango y la milon-
ga, cuando están bien bailados, suben muchísimo más la pulsaciones de los
corazones. Opinión muy personal.

Mucho más discutible -aquí no hubo unanimidad entre los colegas- fue el "show
musical" a cargo de la "Banda Like", que como es habitual, arrancó con el remani-
do recurso de "Cinco minutos y nada más", viejo truco que es la versión en penta-
gramas y palillos de batería (electrónica) del "operativo clamor" de los políticos,
cuando quieren quedarse de por vida.

No parecieron demasiado expertos, dado que pidieron palmas desde el vamos.
No hacía falta, puesto que en algunas mesas ya iban por la docena de unidades de
la espumante bebida alcohólica rubia, amén que los Lound llevaron cotillón ad.-hoc
para festejar, sea el ritmo que sea y con la banda que toque en suerte. Tenían un
poderoso motivo.

En la mesa de los esforzados escribas, en cambio, se había pedido la cuarta vuelta
del refresco nórdico, el favorito de las fiestas de Odín, del cual, según Oche Califa
aún se pueden encontrar rastros de tamaña leyenda en la espuma del mar.

La novedad es que vino completamente congelada, aumentando el ya inocultable
momento de ansiedad en los transpirados rostros ¡Y eso que la ensalada no vino
acompañada del salero y vinagrera de rigor! Como Perafán había ordenado una
de manzana, nuestro sabor favorito, abusamos de su paciencia calmando la sed y
amortiguando los efectos de la angustia ocasionados por la incertidumbre de los
habituales sorteos, ese fastidioso momento en el que todos buscan la tarjeta para
cercionarse de su "número de la suerte". La memoria comienza a ser bebida por
la bebida, como dice el refrán árabe, cuando las copas (de vidrio) se acumulan.

Se había armado la primera tanda del bailongo, espontáneamente. Acicateados
tal vez por la contagiosa alegría de los del equipo de David Lound, con sus
particulares "accesorios", que motivaron una frase de parte del cantante y
animador, que nos despertó de la modorra:

"Los que tengan bananas y zanahorias que las levanten bien arriba"- se refería
al cotillón, como ya hemos aclarado. Nos quedó la duda, sin embargo. El colega
de la derecha, le restó entidad a la objeción. "Por favor, che, que no haya censu-
ra en tu relato". Cumplimos (?).

El punto positivo de esta intervención musical, fue que nos permitió conocer las
"otras" virtudes de Martín Chiraulo y Walter Giovenale. En especial con el popu-
lar tema del ídolo de la cumbia villera Marito El Sarna, "De esa chica me enamoré",
que fuera ocasión de cuatro "Bis" a pedido de los anónimos "danzarines" (porque
bajo las luces psicodélicas desde lejos todo se confunde) que de todos modos
siempre preferiremos al antipático sonido de la mal llamada "música electro".

Para poder apreciar quién era quién entre medio de esa ola de cuerpos movedizos,
anaranjados elementos de cotillón, bellas damas con orejitas de conejas, al estilo de
las que solía hacer colocar a sus chicas Hugh Hefner, el creador de la revista "Play-
boy" en aquellos buenos tiempos en que las feministas no molestaban con su discur-
so anti "mujeres-objeto", tal vez porque estaban muy ocupadas tratando de 
encontrar su lugar en el mundo, nos infiltramos entre los que bailaban. ¡Qué
buena onda la de estas chicas!

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Y entonces descubrimos que el minucioso Abel Giorgio también tiene otros talen-
tos sobre la pista, en este caso pista de baile (ver foto 3). Marcelo, el mecánico
de David, con un increíble "tocado" en la cabeza, del cual colgaban dos botellitas,
o bolos de bowling, depende de como se mire con los rojizos ojos de las dos de
la madrugada. No era el único de los que se engrasan las manos sin asco los
domingos de carrera, porque "Esquimal" -el trucador de Fabián Vinzon- como
podemos apreciar en más de una foto, "la rompió" en la improvisada pista. Por
momentos nos hizo acordar al policía gordito, que abandona las filas y se pone
a bailar en "The Mask" al ritmo que imponía el personaje de Jim Carrey.


2- QUE CONSTE EN ACTAS, Y SE LARGÓ LA "SELFIE HOUR"

Como el dibujo de figuras artísticas no es el fuerte de ninguno de los cinco dignos
representantes del quinto poder (...) para mitigar el aburrimiento, a uno de ellos
se le ocurrió "largar la hora de las selfies"... lo que no era tan mala idea al ver tan-
tos rostros felices unos pocos metros más allá. La quinta versión de la bebida de
los elfos de la antigua Bélgica que se escurrió en las sedientas gargantas, provoca-
ron la súbita aparición de brillantes ideas como ésta. Cedimos. De haber votado,
seguro perdíamos en proporción 3 a 2 o 4 a 1.

El reloj marcaba las 3 y 36 del domingo 20. La bailanta se estiraba demasiado pa-
los cinco "pataduras" de la mesa de Prensa. Tras varios intentos, se decidió ceder
la cámara a la señora de Perafán. Entonces logramos una foto "todos juntos" más o
menos decente.

La siguiente idea no fue del todo clara. Fue vidriosa como iban quedando algunas
miradas. Se invitó a Francois a ver un detalle en la mesa, que provocó hilaridad.
En fin, no será ni el primero ni el último caso de "cumpas" que se han pasado al
partido de moda (PRO) dándose vuelta oportunamente, si la situación lo amerita.
Hay que ser solidario con los colegas que aún no cobraron el aguinaldo, ejem.
Esto ocurrió a las 3 y 40 horas. Afortunadamente, pocos lo vieron.

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3- LLEGARON POR FIN LOS TROFEOS Y LA COPA GIGANTE


Cuando estábamos ya totalmente arrepentidos de no haber podido dormir una
largamente merecida siesta, tapando la boca cada vez que bostezos irrumpían,
a las 4: 08 al fin se procedió a la entrega de la copa mayor a David Lound, el
campeón de la temporada. Ya se había entregado los muy buenos trofeos al terce-
ro (Gustavo) y al subcampeón (Ignacio Rodríguez). La ceremonia se prolongó
unos minutos de más, ya que el colega que hizo de animador no soltaba "el palito"
como le dicen al micrófono en la jerga de los hombres de radio.

La sesión de fotos "familiares", es decir, de los equipos, en las cuales descollaron
el del campeón Lound y el Pierini Competición, que con justicia mereció un tro-
feo, por ser el más prolífico en materia de chasis nuevos, y contar con el
motorista más exitoso (Facundo Pierini) que abrochó cuatro de las nueve
finales del año. No podemos mostrar todas las fotos, el espacio es tirano, a
pesar que la que más nos gusta es la que reunió a todos los pilotos, preparadores,
mecánicos y "mecenas" por igual. Solicitamos las disculpas del caso. Ya habrá
ocasión de mostrarlas, si los lectores lo piden.

A continuación, se largó la segunda y última tanda de sorteos, en la que los cin-
co representantes de los medios de comunicación (la señora de Perafán se había
retirado porque los dos gurises se dormían) no fueron acariciados por la Diosa
Fortuna, para variar.

El que tuvo suerte fue Juan Martín Schmidt (Nitro design) que se llevó la atornilla-
dora de muy buena marca, el más valioso de los premios sorteados.

El momento más esperado por muchos, la apertura del Bingo (otro clásico de las
Cenas del TP 1400) arrancó a las 4 y 44. Sorpresivamente, el colega que despotri-
caba contra la "apertura de bingos clandestinos" y que pidió "Que conste en actas"
cuando Francois y Saloj lo anticiparon - entre el griterío generalizado del pedido
de cartones no alcanzamos a oír el tentador anuncio, cual canto de las sirenas a
Ulises- el susodicho se levantó de su silla y pasó a ser el conductor del sorteo (?).

El "operativo clamor" había dado sus frutos (tardíos) y el bolillero comenzó a
girar, como vemos en la foto de abajo. El afortunado ganador del pozo fue el
otro colaborador del  equipo de los hermanos Lound, Leandro Russo (fueron ape-
nas tres los que se ensuciaron las manos, contando a Juan M. Guará y sin desmere-
cer el aporte de Betina, la mujer de Gastón, y el resto de la chicas del clan) por
lo que nadie pudo objetar que el premio no haya caído en buenas manos. El reloj
marcaba las 5: 04 hs

Libérenos el lector de la obligación de tener que narrar el resto de lo ocurrido en
el lapso que transcurrió  hasta las 5 y 44, cuando al notar que asomaban tímidos
en el horizonte los primeros reflejos de los cabellos de Febo, anunciando un
nuevo día de trabajo. Era la hora de buscar un sobrio, o al menos el que menos
galones de la espumante bebida rubia había honrado en la mesa, para que nos
acerque de vuelta a nuestra noble y querida camita.

Sólo por unos minutos, había que partir a Chajarí a media mañana, a cubrir la
última del Karting zonal.


4- EL TRISTE MOMENTO DE LA DESPEDIDA

Queda para destacar, nobleza obliga, el sensacional desempeño del cuerpo de mo-
zas (4) y de mozos (2) sólidamente dirigidos por un séptimo hombre de blanco y
negro, que no permitió que ninguna mesa quedara sin atención.

En muchas ocasiones hemos resaltado los errores -injustamente- pero en esta
Cena se mejoró muchísimo con respecto a ediciones anteriores, a tal punto que
no queda margen para la crítica y hay que inclinarse respetuosamente agradecien-
do su anónima tarea.

Anónima para otros sitios, no para "Rumbo al Podio". Felicitaciones a Estela,
Graciela, Ana y Evelyn. Para Walter, Nico y Valentín, que acercaron los produc-
tos culinarios de "Toto" el cantinero, a las mesas. Y lo que es mejor, limpiaron las
mismas de migas antes del postre, como se estila.

Mucho agradecemos a Gustavo y Claudio la "Invitación especial", a David y a
Facu por llevarnos y traernos (respectivamente) y a todos los que hicieron posible
esta exitosa temporada deportiva, que es el germen de esta magnífica fiesta, que
se cerró como es habitual con porciones de gigantesca torta, y brindis con otra
espumante bebida rubia, que suele acompañar los grandes momentos.

Paradójicamente, en la mesa en la que "desfilaron" siete botellas de las transparen-
tes, vacías de su néctar ambarino, la de vidrio ahumado no fue abierta. El brindis
fue mucho más "doméstico", por decirlo de manera elegante ¡Al menos mientras
este humilde escriba estuvo presente!

A la hora de hacer un balance, como nunca se nos presentó harto complicada la
tarea de elegir la dama más elegante de la noche. A la reconocida belleza de la
señora de José Orellana, en esta ocasión se agregó Sole, la esposa de Martín
Chiraulo, que en contadas ocasiones suele aparecer por el Autódromo, ya que
hace gala de un perfil muy bajo.

La conocemos desde que le hicimos el primer reportaje a Martín (2009) y "Está
siempre flaquita", como dicen las señoras del barrio, bolsa en mano, a primera
hora de la mañana, cuando salen a hacer las compras y repartir novedades en
cada esquina.

Como si fuera poco, bien entrada en la madrugada, apareció el dandy Fernando
Roude y su bellísima mujer (ver foto de arriba) que complicó más aún la elección.

Si optamos por los parámetros con que juzga H. Cabak en "La Jaula de la Moda".
el veredicto sería que la señora de Chiraulo fue la más elegante, por su sobrio
estilo -conjunción discreta pero eficaz que puso de moda Juliana Awada, la
primera dama- al menos para el insensato ojo profano de quien esto escribe.

Fallo apretado pues las candidatas eran varias, como por ejemplo Carolina la
mujer de Juan Manuel, o Catalina, la novia de Facu Pierini. Que ninguna se
enoje. Todas fueron tenidas en cuenta, desde Angie y Brenda, las fieles promo-
toras del TP 1400, hasta las mozas.
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Por último, sin temor a resultar redundantes, queremos repetir el pedido que ya
formuláramos en ocasión de la Cena del año pasado.

Tenemos que encontrar un motivo para reunirmos en otra Cena, a mitad de tempora-
da tal vez, en la que (idea) entreguemos almanaques -un clásico de los talleres mecáni-
cos- con alentadoras frases "Vamos que vas primero en el torneo, seguí así" o
cualquier otro pretexto para hacer otra Cena durante el año.

Una sola Cena ("Fin de Año") de esta calidad, pareciera ser muy poco. Hace mucho
que no la pasábamos tan bien.



@AleSpizzirri



NOTA IMPORTANTE:

Esta nota fue escrita con la colaboración de los colegas Fernando Di Gaetano,
Mario Aramburo, José Luis Ballesteros y algunas glosas de Edgardo Perafán.
Muchas gracias a ellos por su generoso y desinteresado aporte.


IMÁGENES AGRUPADAS:

Collage 2 :  ARRIBA Chiraulo cantando ¿Lo tenían a Martín?
                  ABAJO, IZQ. Una de las tres parejas que bailó bachata.
                  ABAJO, DER. Perafan haciendo uso de la palabra, en
                  nombre de todos los que intentamos reflejar la realidad
                  del TP 1400.

Collage 3: ARRIBA Uno de los intentos de reunir a todos los pilotos
                 presentes. Nótese la presencia de Luis Rolón y su flia. Jorge
                 Barbieri, Daniel Martínez, etc.  
                 ABAJO, IZQ. Abel Giorgio al compás del ritmo cuartetero.
                 ABAJO, DER. Escena del show musical, lograda entre
                 "manitos pa´rriba, manitos pa´bajo". ¡Ufff!

Collage 4 : ARRIBA Fernando Roude y sra. captados cuando se fuga-
                  ban discretamente.
                  ABAJO IZQ. Juan Manuel y Carolina se retiran, con el
                  hijo dormido a cuestas. Se cansó de saltar en los hombros
                  del Papá.
                  ABAJO DER. Soledad de Chiraulo y su hijo, tratando de
                  encontrar un lugar y momento para conciliar el sueño entre 
                  el bochinche.

Collage 5: ARRIBA Cándido niñito José Luis acciona el bolillero mien-
                tras con señas de las que se hacen en partidas de truco se
                comunica con el Presi. In fraganti.
                ABAJO IZQ. Uno de los fallidos intentos de "selfie" en la mesa de
                los afamados periodistas presentes (?)
                ABAJO DER. Walter Barbieri, su señora y el "dachshund"
                que sufrió cada "latido" de los bafles a todo volumen. Detrás, 
                posa "Toto" el prócer de la Cantina del Autódromo.
               













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